Sin intentar obtener nada, sin ninguna meta.
Sin dejarte influir por tu inteligencia personal.
Sin mostrar suficiencia
por la experiencia que haz adquirido.
No detestes los pensamientos que aparecen.
Tampoco los ames.
Sobre todo, no los mantengas.
De todas maneras, sea lo que sea,
debes practicar la gran postura sentada aquí y ahora.
Si no mantienes los pensamientos,
éstos no vendrán por sí mismos.
Ejo
EL CORAZÓN DEL ZEN