Desde los tiempos más antiguos, las diferentes civilizaciones emplearon la Cruz como símbolo religioso. Junto a la figura del círculo, la Cruz es uno de los emblemas esotéricos universales. La Cruz de brazos iguales, por ejemplo, era el símbolo del Dios ANU de los Caldeo-babilónicos. El cetro del Dios griego APOLO y el martillo de THOR, el Dios escandinavo también tenían la forma de cruz.
La Cruz ha tenido un significado religioso importante a través de pueblos tan disimiles y lejanos entre sí como los fenicios, los persas, los etruscos, los romanos, los celtas, los mexicanos, los peruanos y los pueblos de América Central. En un sentido netamente místico podemos afirmar que la Cruz tuvo y tiene una característica muy especial, haber sido utilizada como señal de reconocimiento para los Iniciados.
El punto de intersección de las líneas vertical y horizontal es la zona de tensión entre el carácter espiritual y el carácter material. Simboliza además a los cuatro elementos (Tierra, Agua, Aire y Fuego) y los cuatro reinos (Mineral, Vegetal, Animal y Ser Humano).