Quienes intentamos transitar en esta vida por el camino luminoso, nos vemos permanentemente desafiados y tentados por situaciones que generan contradicciones en nuestro entendimiento de la forma en que debemos actuar.
Debemos actuar? (accionar) o debemos permanecer en la no acción? En no pocos textos, hemos aprendido que permanecer en silencio mientras lo malo, se habla por verdad, resulta una complicidad, pero hasta que punto debemos imponer nuestro pensamiento? Nuestra visión de la realidad, nos lleva a tener una versión de la verdad, que sabemos que no es absoluta. Como sabemos si hablar o callarnos, si permanecer o retirarnos, cuando lo que presenciamos, el entorno en que nos desenvolvemos o hasta el rumbo de un país, se escapa de nuestra percepción del paraíso que debemos traer a la tierra?
En este momento me pregunto como seguir escribiendo, si no poseo la respuesta exacta a las preguntas que me estoy formulando, volviendo al peligroso relativismo, quien sabe la respuesta exacta a algo?
Surge aquí la idea de resiliencia, el permanecer, el continuar pese a toda adversidad, la duda es en parte una adversidad, que se vence con la certeza de poner lo mejor de uno en cada momento, esa es la resiliencia espiritual, tener presente la luz como guía y como meta final, permanecer, soportar las tentaciones y callar cuando el corazón lo diga, pese a que la mente se esfuerce por gritar una respuesta, gritar la respuesta cuando el corazón desborde pese a que la mente y el ego aconsejen callar para evitar ser notado, en definitiva, todo se torna mas fácil y luminoso cuando damos rienda suelta a la voz del corazón.
Parece una forma arriesgada de transitar, sin embargo, hasta la oficina se torna mas luminosa cuando escribo que de esa manera, el universo estara de nuestro lado y nosotros mismos lo haremos asi, mediante la certeza que actuando desde el corazón, es cuando estamos actuando en forma correcta y alineada con el propósito.
La sombra del desánimo.
Además de las consideraciones anteriores, también influye el ego, a través del desánimo, cuando aparece la sensación de que lo hecho no tiene reflejo ni influencia en nuestro entorno y mucho menos en el universo, cuando la duda asalta nuestra determinación, estamos transitando por la sombra, es la forma que tiene la mente inferior para llevarnos otra vez a su camino de “certeza de la causa y efecto” en las dimensiones bajas, una involución desde las compensaciones hacia la ley del Talión en primera persona.
Esta situación no es ajena ni a los espíritus mas avanzados sobre esta tierra, reconocerla y transitarla con atención es parte del aprendizaje, pero debemos involucrar mas recursos para evitar que nos arrastre. En esa asignación de recursos, es muy útil tener presente que en realidad es nuestra mente mal acostumbrada, la que debe ser traída de nuevo al servicio del espíritu, desechando por completo la creencia de una naturaleza oscura en esencia que la lleve a ese comportamiento, es como la reivindicamos y la traemos de vuelta como la valiosa herramienta que es en la coordinación de nuestras acciones y como vehículo para interaccionar con nuestro entorno inmediato, mientras aprendemos a integrarla y ponerla al servicio pleno del espíritu.
En ese momento podremos aprovechar plenamente la energía que hoy gastamos en acomodarla, para poder ejercer con más consciencia y tranquilidad, alcanzando mejores manifestaciones en el uso de la ley del mentalismo.
Conclusión?
Insertar una conclusión, es acotar el alcance del escrito, pero sí resulta pertinente señalar una percepción de mi propia realidad en que reflejo lo arriba expuesto. Desde que nacimos hasta que tomamos alguna consciencia de nuestra misión o propósito, pasamos algún tiempo, para la toma de consciencia. En mi caso, esta desató una inmediata oleada de esperanza en apreciar inmediatamente los cambios para los que estamos trabajando en este planeta y en el universo, sin embargo, como toda oleada, no tarda mucho en aparecer la bajamar que nos desconcierta, donde quedaron las olas? y la espuma? Sin embargo, algo en el interior nos dice que debemos seguir, y a veces, cuando mas fuerte es el convencimiento, también se fortalecen los embates de la realidad, percibida, que nos intentan derrumbar, para colmo de males -se me permita la expresión- las semillas que las religiones fueron plantando, que intentamos arrancar como malezas, surgen en la forma de dudas, de si nuestro nuevo convencimiento, no es una modernización de las religiones hacia una versión más creíble que nos lleva a seguir aceptando realidades sin “combatirlas adecuadamente” en estos planos en que se manifiestan. Esta nueva fe, es una ilusión o es un atisbo de percepción de nuestro verdadero poder y naturaleza? Mi auto-respuesta es que la sombra se proyecta largamente y debo reconocerla en todos los niveles para poder trabajarla y seguir intentando, de ultima, la luz del optimismo me permite intuir que no es mal camino, prestarle oídos al corazón y seguir intentando de la mejor manera que apreciamos para elevarnos juntos.
Abrazo desde mi luz, luz desde mi corazón (y perdón si fue alguna sombrita)
AUTOR: Carlos Marchi, redactor en la gran familia de hermandadblanca.org