
Sanar no ocurre de un día para otro… El alma tiene su propio ritmo, su propio lenguaje, su manera dulce y silenciosa de ir soltando lo que duele.
Primero sana» el cuerpo», cuando dejas de sentir ese nudo en el pecho o esa ansiedad que te robaba el aire.
Luego sanan «las emociones», cuando te permites llorar sin culpa, cuando ya no reprimes lo que sientes, porque sabes que sentir también es parte de curarte.
Después sanan «los pensamientos», cuando dejas de buscar respuestas y simplemente aceptas que todo fue como debía ser.
Y al final… sana «el alma», cuando miras tu historia con amor y gratitud, sin rencor, sin necesidad de entender.
El alma no sana de golpe; sana por capas, igual que las flores que se abren con el tiempo, igual que la luna que se muestra poco a poco hasta brillar completa. 🌙
Cada lágrima, cada silencio, cada paso que das hacia ti, es una capa más que se desprende de lo viejo para dejarte ver quién eres realmente: un alma aprendiendo a amar incluso lo que un día le dolió. 💫
“Sanar no es olvidar el dolor, es abrazar cada capa hasta que se transforme en luz.”
