
El alma florece donde hay propósito. No es el oro ni los logros externos lo que da sentido a la vida, sino el amor que damos, la paz que cultivamos y la sabiduría que adquirimos.
UN SERVIDOR DE LA LUZ COLOCA TODO SU SER EN CADA ACCIÓN

El alma florece donde hay propósito. No es el oro ni los logros externos lo que da sentido a la vida, sino el amor que damos, la paz que cultivamos y la sabiduría que adquirimos.
