Jerarquía Angélica


Las diversas denominaciones de Ángeles corresponden a jerarquías que conocemos por la Sagrada Escritura como la jerarquía angélica.

Se suele enumerar nueve coros u órdenes angélicos.

Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos.

Dentro de esta jerarquía, los coros de ángeles superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.

Cada tres coros de ángeles constituyen un nivel jerárquico y todos ellos juntos forman la corte celestial.

I. Jerarquía Suprema:
querubines, serafines y tronos

II. Jerarquía Media:
dominaciones, virtudes y potestades

III. Jerarquía Inferior: principados, arcángeles yángeles

Serafines: Son los «alabadores» de Dios. Serafín significa «amor ardiente». Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.

Para apoyar esto, se puede leer Isaías 6, 2.

Querubines: Son los «guardianes» de las cosas de Dios.

Aparecen como los encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida.

Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. «Se sienta sobre querubines».

Se habla de ellos en el Génesis, en el Éxodo, en la visión de Ezequiel (1, 4) y en la carta a los hebreos (9, 5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones: En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico.

San Dionisio interpreta los nombres de los diferentes grupos de ángeles como correspondientes a su grado de perfección.

Para San Gregorio estos nombres se refieren a su ministerio: los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales; las virtudes son los encargados de hacer los milagros; las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas; las dominaciones son los que participan en el gobierno de las sociedades, y los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.

Ángeles: Su misión es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna, guiándolos y protegiéndolos de los peligros de alma y cuerpo.

Arcángeles: Les podríamos llamar los «asistentes» de Dios.

Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.

Arcángeles:

– Arcángel San Miguel: Es el que arrojó del cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa «quién como Dios».

Su conducta y su fidelidad nos deben invitar a reconocer siempre el señorío de Jesús y a buscar en todo momento la gloria de Dios.

– Arcángel San Gabriel: En hebreo significa «Dios es fuerte», «fortaleza de Dios». Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de noticias felices. Por ejemplo, anunció a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista, y a la Virgen María la encarnación del Hijo de Dios.

– Arcángel San Rafael: Su nombre quiere decir «medicina de Dios». Tiene un papel muy importante en la vida de Tobías al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel Rafael sin saber que era un ángel enviado por el Señor.

Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios. Y les dejó como mensaje bendecir y alabar a Dios, hacer siempre el bien y nunca dejar de orar.

Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes por tierra y por mar. Es patrono de los médicos (enfermedades de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

-Arcángel Chamuel proviene del hebreo y se traduce como «El que ve a Dios» o «Aquel que busca a Dios».

El Arcángel Chamuel es conocido por su energía amorosa y apacible, y su capacidad para ayudar a las personas en su búsqueda de amor, paz y plenitud en diferentes aspectos de la vida.

-Arcángel Jofiel: Su nombre significa belleza de Dios, representa la sabiduría divina y la ayuda intelectual, el color que lo representa es el amarillo y el día de la semana es el lunes.

También se encarga de cuidar con su espada el camino del árbol de la vida.

-Arcángel Uriel: Se le llama «Ángel de la Presencia de Dios» por ser reconocido como uno de los siete espíritus que están ante el trono de Dios que se menciona en el Evangelio de Juan.

El nombre «Uriel» significa «el fuego de Dios». Representa la fuerza todopoderosa del espíritu de la vida.

Su atributo es una llama de fuego que representa su misión de despertar la conciencia de los seres humanos con el fuego de la verdad. Puede llevar consigo un libro o pergamino. Este atributo representa su papel de observador divino.

Lleva la cuenta de los sentimientos, pensamientos y actos de los seres humanos durante su recorrido por la vida.

Es el Arcángel que nos ayuda con la economía y abundancia.

-Arcángel Zadquiel: también conocido como Arcángel Zadkiel o «Justicia de Dios», es una figura prominente en varias tradiciones espirituales.

Se le considera el ángel de la misericordia, el perdón y la transformación espiritual.

¿Quiénes son los Ángeles Custodios?
Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo.

Afirma a este respecto San Jerónimo: «Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia».

En el Antiguo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)

En el nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo.

Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada ser humano, en las buenas y en las malas.

No se separa de él ni un solo momento.

Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide.

No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado.

Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es.

Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro.

Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos.

Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón.

Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.

El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países.

Deja un comentario