El día que logres mantener la calma, frente a quien te provoque, cuando tu silencio sea la respuesta correcta, el día que logres interiormente mantenerte serena ante la tempestad, ante el ruido y las palabras necias, entonces habrás logrado el mayor de tus éxitos…
Dominarte a ti misma, ya no se trata de ganar ó perder, ser mejor ó peor, tener ó no tener la codiciada razón, ni siquiera se trata de triunfar sobre otros, se trata de que, finalmente has llegado a la cima de una montaña muy muy alta y es, conquistarte a ti, priorizarte y poner primero tu salud mental, tu inteligencia emocional…
En estos últimos meses del año te deseo paz, alegría, templanza y sobre todo mucho más amor, amor que no se encuentra en tiendas, amor que nadie puede darnos, te deseo amor incondicional a ti misma, porque nadie puede dar lo que no tiene…
Observa y mira a tu alrededor, ya no juzgues, solo observa la infelicidad, la falta de autoestima, las cargas y los dolores que deben llevar los otros para vivir pendiente de vidas ajenas, para estar pendiente de la vida de los otros…
Mientras más te ames, menos te importará la basurita en el ojo ajeno, mientras más te ames te enfocarás en mejorarte a tí y sólo a ti…
Haz la prueba y verás como tanto y tantos dejan de importar…
Elevas tu vibración cuando sonríes a la vida, a cada día que amanece.
Elevas tu vibración cuando agradeces tu existencia, por lo que tienes, por tu salud perfecta, porque puedes respirar, mirar, caminar, hablar, escuchar y amar.
Elevas tu vibración cuando ayudas a tu prójimo sin esperar nada a cambio.
Elevas tu vibración cuando ofreces una sonrisa oportuna, das un abrazo sincero, una mano amiga, apoyo incondicional de manera desinteresada, solo pensando en el bienestar de a quienes ayudas.
Elevas tu vibración cuando ves la felicidad reflejada en los rostros de los demás y en tu propio rostro.
Elevas tu vibración cuando conectas con la naturaleza, la cuidas y transmites esa consciencia de luz con tu ejemplo hacia quienes te rodean.
Elevas tu vibración cuando cuidas tu cuerpo físico, ya que es el vehículo donde reside tu alma y te permite accionar, realizar las tareas asignadas y cumplir con tus planes en este plano terrenal.
Elevas tu vibración cuando cuidas y amas a los animales; ellos son nuestros hermanitos menores, grandes maestros de lo que es la honestidad auténtica, la lealtad, la pureza, la autenticidad, la gratitud y el amor incondicional, además de excelsos sanadores.
Elevas tu vibración cuando dedicas un espacio de tu valioso tiempo a tu crecimiento personal y espiritual
Elevas tu vibración cuando te sientes feliz con tu presencia, por ser como eres, cuando te aceptas con tus virtudes y defectos, que al final forman parte de tu personalidad única.
Elevas tu vibración cuando evitas llenar tus vacíos emocionales con personas o cosas para sanar tus carencias afectivas, sabiendo que una vez que esos seres no estén en tu vida y no hayas sanado esas carencias, las mismas aumentarán exponencialmente hasta que se hagan insostenibles.
Elevas tu vibración cuando te alejas de personas que nunca fueron amistades sinceras, sabiendo que dicho vínculo afectivo debe ser de equilibrio y transparencia entre las partes, no de una sola de ellas.
Elevas tu vibración cuando apartas de tu lado a aquella alma que prometió amarte, pero que en el fondo te manipula con sus acciones, palabras hirientes e hipnotizantes y promesas incumplidas.
Elevas tu vibración cuando no permites que nadie te haga daño, ya que es una demostración de amor propio.
Elevas tu vibración cuando te alejas de quienes esconden su auténtica personalidad ante ti, a través de una espiritualidad falsa para ocultar sus carencias existenciales.
Elevas tu vibración cuando te desprendes de esas almas que en tus momentos de dificultad se alejaron de ti, o ni siquiera preguntaron por tu ausencia.
Elevas tu vibración cuando despiertas y descubres que eres tú quien permite que otros afecten tu vibración.
Elevas tu vibración cuando decides dejar lo que te bloquea, te limita, te domina y corta tus alas.
Elevas tu vibración cuando aprendes a desapegarte; lo sientes en tu corazón, en tu alma y fluye sin esfuerzo.
Elevas tu vibración cuando estás en soledad y eres feliz sin la necesidad de tener a alguien a tu lado, sean tus familiares, amistades, una pareja.
Elevas tu vibración cuando cantas, bailas, ríes, cuando eres como deseas ser y no como los demás quieres que seas, y ves la libertad como algo primordial en tu vida.
Elevas tu vibración cuando descubres que la sabiduría no depende de leer más, de títulos, talleres, de creer en supuestos maestros o inclusive en tener más experiencia, sino en tu crecimiento interior, en ser humilde, bondadoso, amable, compasivo y amoroso con tus semejantes y principalmente contigo mismo.
Elevas tu vibración cuando meditas, miras hacia dentro y en el transitar por ese camino introspectivo, te reencuentras con ese Maestro Interno de elevada sabiduría que habita en tu corazón.
Elevas tu vibración cuando sientes que ya es el momento de cambiar y transformar tu vida para siempre.
Elevas tu vibración cuando te haces consciente que puedes crear tu propia realidad, transmutarla, realizar tus vuelos, y adentrarte en el universo infinito de una nueva realidad, más auténtica que en la vida que vives en la actualidad.
Elevas tu vibración cuando descubres que eres, que siempre has sido, y siempre serás “Amor Divino” en su esencia más pura y genuina.
La soledad es inmensamente bella. La soledad es un momento en el que ya no se necesita al otro, tú eres suficiente para ti mismo; tan suficiente que puedes compartir tu soledad con toda la existencia.
Tu soledad es tan inagotable que aunque inundes toda la existencia, aún te quedará más. Cuando estás solo, eres rico, cuando te sientes solo eres pobre.
La capacidad de estar solo es la capacidad de amar. Puede que te parezca paradójico, pero no lo es. Es una verdad existencial; sólo aquellas personas que son capaces de estar solas son capaces de amar, de compartir, de llegar a lo más profundo de la otra persona; sin poseer a la otra persona, sin depender de ella, sin reducirla a una cosa, y sin volverse adictos a ella.
Permiten que la otra persona tenga total libertad porque saben que si se marcha, ellos seguirán siendo tan felices como son ahora. La otra persona no puede arrebatarles su felicidad, porque no es quien se la dio.
La libertad es mi derecho espiritual innato. Vivo en libertad cuando expreso mis pensamientos, persigo mis sueños y me comporto con dignidad y respeto hacia mí mismo. Ejercer la libertad implica usar mis dones espirituales de comprensión, fe, amor y fortaleza para orientar mis decisiones y acciones. En este camino, encuentro la verdadera libertad.
Agradezco y honro a todos aquellos que han trabajado con valentía y dedicación para construir un mundo donde muchos puedan disfrutar de esta libertad genuina.
En oración, visualizo una comunidad humana en armonía, donde se satisfacen las necesidades básicas de todos, se respetan diferentes perspectivas y se celebra la expresión única de Dios en cada individuo.
Hagan uso de su libertad, pero no la usen como pretexto para hacer lo malo, sino para servir a Dios.—1 Pedro 2:16
Vamos directo a la Enseñanza del Maestro Saint Germain:
“La afirmación puede sonar absurda, pero yo les aseguro que la sensación de sentirse cansado de la actividad externa no es sino una falta de alegría en las cosas que están haciendo”.
“Puede ser algo del pensamiento de la raza o de una condición inarmoniosa en el individuo”.
“Sabiendo que el cuerpo en sí mismo no puede cansarse, entonces sabemos que el sentido de estar cansados es la falta de alegría o armonía en alguna parte de la conciencia”.
“Naturalmente, la primera cosa para hacer sería calmar, aquietar lo externo, y sentir esa Poderosa Alegría y Paz llenando la mente y el cuerpo hasta derramarse tal como verían un balde de agua lleno hasta que se derrama, y esa radiación se derramaría para todos aquellos que la necesiten”.
Abre tu corazón al cambio, no te opongas, respira, acepta tu proceso y comienza…
Muchas veces la vida misma nos da pistas de que camino elegir, las cuales ignoramos por las distracciones del día a día, en otras oportunidades sabemos que no es el camino pero decidimos seguir adelante y luchar, en cualquiera de los casos nada hacemos con quejarnos o rendirnos, te aseguro que tienes un propósito más grande para alcanzar, debes entender que para avanzar debemos dejar algo atrás, no tenemos nada en este mundo, solo lo que has vivido es lo que te llevarás.
No busques en otros lo que solamente tu te puedes dar, la felicidad es un estado mental, un nivel que se alcanza cuando aceptas la realidad y aceptando lo que eres es el primer paso a dar para cambiar
No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista, por más fuerte que sea la tormenta, ten la certeza de que el sol en algún momento brillara.
Una cosa a la vez. No te distraigas, céntrate, prioriza.
Vivimos en tiempos donde todo parece moverse rápido, donde nuestras mentes saltan de una idea a otra, de una preocupación a otra, en un interminable juego de distracciones. Nos enseñan a ser productivos, a estar ocupados, a abarcar mucho, y así, sin darnos cuenta, perdemos la claridad y el sentido profundo de nuestras acciones.
Pero, ¿qué pasaría si te detienes y decides enfocarte en una sola cosa? No se trata solo de completar tareas o de lograr metas; se trata de vivir con propósito, de encontrar en cada acción un reflejo de quién eres y de lo que realmente importa para ti. Elegir una cosa a la vez es más que simplificar la vida: es un acto de respeto a tu propio ser, una oportunidad para conectarte con cada momento y, a través de esa conexión, descubrir el sentido y la belleza en lo que haces.
Cuando te centras en una sola cosa, algo en ti cambia. La prisa se disuelve, la ansiedad pierde fuerza, y surge un espacio interno donde la calma y la claridad florecen. Enfocarte en lo esencial es un acto de amor propio, es permitirte vivir sin el peso de la dispersión. Es como limpiar una ventana que, aunque parecía transparente, estaba cubierta de pequeñas manchas que te impedían ver con claridad. Con cada distracción que dejas ir, el paisaje de tu vida se hace más nítido.
Prioriza lo que te hace bien, lo que te llena, lo que te acerca a la versión de ti mismo que más admiras. Deja de lado lo innecesario, y verás que cada acción que realizas tiene un eco, una energía que transforma, una huella que permanece. Porque cuando la felicidad es tu prioridad, cada paso se convierte en un acto de presencia y gratitud.