Ser el hombre nuevo


Dar a luz a un nuevo hombre es permitir que se exprese el Alma, dejando que la semejanza con Dios emerja desde nuestro interior revelándose al mundo, y a nosotros.

Dar a luz al nuevo hombre es amar más las cosas del Cielo que las cosas de la Tierra y saber que la vida en este mundo es un corte en el tiempo y en el espacio y que, para estar aquí, dejamos en lo oculto de nuestros espíritus una historia y una realidad que revela el verdadero motivo del caos en la Tierra, de la dualidad y, sobre todo, de la gran necesidad de Amor.

El hombre nuevo nace para renovar la genética de toda la vida a partir de una nueva raza generada en el amor y que expresa ese amor hasta en la respiración.

Con ella, tanto la vida en el cosmos como en la Tierra jamás será la misma. Todo se renovará.

El hombre nuevo, vive dentro de cada uno de nosotros y ahora se revela contra las tendencias retrógradas humanas, contra la condición de egoísmo y de desamor. Es una batalla que es trabada en la consciencia, en la mente, en las emociones, en el corazón y hasta en nuestras células, para que ellas den espacio a un arquetipo nuevo de vida y comprendan que esta condición degenerada de la humanidad debe llegar a su fin.

El hombre nuevo, trae un nuevo tiempo y un nuevo sentido de la vida. Es esta responsabilidad que traemos de transformación, con gratitud y sin resistencia, y veremos que donde reina el amor, reina la paz, y allí no hay miedo ni angustia. No importa lo que suceda en este mundo, nuestra fortaleza estará sustentada en los Cielos.

Para abrir espacio a este hombre nuevo, no hay otro camino que amar plenamente.

Fuente: Puntos de Luz

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