Desconectarse a veces es necesario

De vez en cuando, desconectarse  es necesario.

Desconectar no es ignorar la realidad, es prepararte mejor para afrontarla. No es rechazo a conocer lo que ocurre allá afuera. Es encontrar una manera saludable de afrontar lo que ocurre dentro de ti.

Últimamente es necesario desconectarnos con frecuencia, para  entrar en un lugar dentro de nosotros mismos donde podamos vernos y reencontrarnos otra vez.

Toma un tiempo.
Para guardar silencio.
Para volver a respirar.

Apagar un momento el mundo virtual, que también nos gusta y nos permite abrazar con palabras a personas que están muy lejos físicamente, y concentrarnos en el mundo que nuestros ojos puedan ver y nuestras manos tocar.

Sentirnos con nosotros mismos. Hacer cosas sencillas, simples.

Limpiar, escribir, lavar, bailar, cantar, cocinar, salir de compras.

Conversar mirando al rostro de quien nos acompaña.

Reir escuchando la risa de quien esté a nuestro lado.

Caminar sintiendo nuestros pies y realmente apreciando la vida de colores y aromas que se muestran frente a nosotros.

Nos sentiremos más estables, más equilibrados, más nosotros mismos.

Sentirnos en mayor contacto con la realidad, ya no desde el miedo o la preocupación que nos toca el corazón estos días complicados y de
retos constantes, sino desde la simpleza del amor que está aquí, tan cerca que a veces lo olvidamos.

Y como consecuencia tener mayor fortaleza para salir allá afuera y no perdernos, tener mayor paciencia y empatía hacia los demás.

De vez en cuando es bueno desconectarse para hacer una mejor conexión con nosotros mismos.

“…Conecta con tus manos, con tus pies, con tu respiración..con tu corazón…con tu alma…con el amor que eres y que tal vez por un instante estás olvidando…”

Deja un comentario