La vida

La vida quiere que aprendamos a diferenciar lo importante de lo urgente. Te hará ver la fragilidad del tiempo para que pares a atender(te) en medio de tus prisas y tus contratiempos. Unas veces lo hará a través de un encuentro, de un abrazo, de una caricia. Pero muchas otras lo hará a través de la enfermedad, el estrés y/o el duelo. Encontrará siempre la manera de hacerlo para asegurarse que por fin le prestas atención y cambias tu forma de relacionarte con ella y con tus prioridades.

En esta realidad dual y tridimensional utilizamos el tiempo lineal: pasado, presente y futuro. Y nos focalizamos en acelerar o detener las cosas muchas veces sin aceptar el verdadero fluir de la vida. Que es sencillamente estar presentes.

Estar en una actitud de contemplación; de aceptar y observar lo que es, lo que llega, lo que se va. Sin apegarse, enfadarse o resistirse. Lo que nos lleva a desatender la llamada de nuestra alma y a no hacer caso a lo que la misma vida nos pide hacer; nos pide gritando que la vivamos. Aceptando el instante presente sin intentar apresurarme ni detenerme en él. Abrazándonos en el aquí y en el ahora. Y te diré que no existe ningún gurú ni maestro más sabio que la vida misma…

Cuando nuestra mente permanece en un espacio-tiempo distinto al de ahora, es porque no soltamos nuestras resistencias a lo que viene y a lo que fue. Es entonces cuando nuestra energía se estanca y se debilita.

¿Eres de los que buscas detener las cosas o bien conseguirlas antes de tiempo? Ambas actitudes nacen del miedo. De la idea que todo tiene un principio y final, que todo tiene un proceso lineal y que siempre debemos llegar a algún sitio o querer volver a tiempos pasados considerando que estos fueron mejores.

Ambas están apegadas a una realidad inexistente fruto de nuestro Ego que busca desesperadamente dejar de ser o ansiar ser. ¿Pero que pasaría si el concepto del tiempo no existiera, si sólo fuera un mero concepto mental? ¿Y si todo lo que te contaron sobre la vida y el tiempo, los objetivos, el pasado, el futuro, no sean más que el resultado de como estas vibrando en el aquí y el ahora?
¿Y si todo dependiera de tu presente y como lo manejas mental y emocionalmente?

Complejo de explicar pero fácil de sentir.
Solamente pido que coloques ahora tu mano en el pecho y sientas los latidos de tu corazón. ¿Como los percibes? ¿Están acelerados o pausados? Pídele a tu corazón que empiece a latir al ritmo de la vida. De los ciclos de la naturaleza que eres y habita en ti.

Pide silenciar la mente, despréndete de cualquier miedo que la domine, abrazando solamente el latir de la vida para escuchar lo que te recomienda para volver a conectar con ella y sus ritmos.

Ni el pasado ni el futuro te pueden dar lo que necesitas. El ahora es lo único que cuenta. Regresa de esas eternidades y céntrate en el presente. Los milagros aparecerán como por arte de magia gracias a la sincronización con tu espíritu.

Autor: Viktoria Nandejara

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