
Durante muchos años pensé que el desarrollo de la conciencia consistía en aumentar su capacidad cognitiva. Después de innumerables ejercicios de meditación me di cuenta que solo me servían para desarrollar la fuerza de voluntad de mi Ego, pero que no desarrollaban mi Ser Esencial. Comprendí entonces que si quería llegar a la verdadera Consciencia solo tenía que trabajar para despojarla de sus límites, una jaula de prejuicios y creencias adquiridas por palabras y no por experiencias.
La liberación de la conciecia consiste en encontrar el medio de abrir la frontera entre el intelecto y el mundo del inconsciente, saltar del cerebro al corazón, aceptar lo impermanente de lo que nos parece permanente, aceptar que se tiene una voluntad de acero transparente, saber que la obra -si se la ama- nada tiene que ver con el aplauso ajeno, que el perfume más delicioso es la satisfacción de realizar algo para lo que creíamos quizás no ser capaces, simples momentos de concentración donde nos vemos pensar, luego nos vemos sentir, luego nos vemos amar. Hasta que por fin, nos sumergimos en la paz del silencio, después en la paz de ser sin finalidad, luego en la paz de amar y bendecir a todo lo viviente. Es decir, nunca envejecer.
- A. Jodorowsky
