
Todos damos por sentado que las cosas deberían ser siempre fáciles, sin embargo no es así. Y he ahí la gran diferencia: cuando te aplicas al máximo en lograr esas metas que surgieron en tu corazón como un gran proyecto de vida, te sorprendiste cada vez que que con amor lograste un éxito.
¿Por qué? Bueno, porque hiciste las cosas de una manera extraordinaria, luchaste con todo y por todo, nunca te rendiste y hoy obtienes la magia de la recompensa.
Puedes cosechar cosas y momentos extraordinarios! Y eso ocurre porque nada te fue regalado, pusiste buenas semillas, cuidaste esa siembra con paciencia, aún en momentos de tristeza, y debilidad. Hiciste la diferencia, ¡Jamás te rendiste!
Esa es la actitud de los triunfadores, de los ricos de espíritu, que en vez de lamentarse y rendirse, se levantan con más impulso y fuerza para despertar a la verdadera razón de la existencia en este plano.
Empodérate, se agradecido, vive con el ánimo de ser feliz y de lograr esas metas que surgieron de lo más íntimo de tu ser, ten alma de triunfador!
Muchas de las grandes hazañas son una escalada de desaciertos, hasta que se convierten en un triunfo contundente. Para quien tiene una mentalidad triunfadora, la palabra derrota en realidad no existe, lo que hay son situaciones en las que logra lo que se propuso y otras en las que tiene la posibilidad de aprender algo que no sabía.
Alcanzan los triunfos los que son capaces de proponerse una meta, luchar sin descanso por ella y trabajar una y otra vez sobre sus propias fallas y vacíos, para hacerse dignos del triunfo obtenido.
Tu marcas la diferencia. Haz cosas extraordinarias para vivir en lo extraordinario!
motivando.tu.alma21
