Haz cosas extraordinarias



Todos damos por sentado que las cosas deberían ser siempre fáciles, sin embargo no es así. Y he ahí la gran diferencia: cuando te aplicas al máximo en lograr esas metas que surgieron en tu corazón como un gran proyecto de vida, te sorprendiste cada vez que que con amor lograste un éxito.

¿Por qué? Bueno, porque hiciste las cosas de una manera extraordinaria, luchaste con todo y por todo, nunca te rendiste y hoy obtienes la magia de la recompensa.

Puedes cosechar cosas y momentos extraordinarios! Y eso ocurre porque nada te fue regalado, pusiste buenas semillas, cuidaste esa siembra con paciencia, aún en momentos de tristeza, y debilidad. Hiciste la diferencia, ¡Jamás te rendiste!

Esa es la actitud de los triunfadores, de los ricos de espíritu, que en vez de lamentarse y rendirse, se levantan con más impulso y fuerza para despertar a la verdadera razón de la existencia en este plano.

Empodérate, se agradecido, vive con el ánimo de ser feliz y de lograr esas metas que surgieron de lo más íntimo de tu ser, ten alma de triunfador!

Muchas de las grandes hazañas son una escalada de desaciertos, hasta que se convierten en un triunfo contundente. Para quien tiene una mentalidad triunfadora, la palabra derrota en realidad no existe, lo que hay son situaciones en las que logra lo que se propuso y otras en las que tiene la posibilidad de aprender algo que no sabía.

Alcanzan los triunfos los que son capaces de proponerse una meta, luchar sin descanso por ella y trabajar una y otra vez sobre sus propias fallas y vacíos, para hacerse dignos del triunfo obtenido.

Tu marcas la diferencia. Haz cosas extraordinarias para vivir en lo extraordinario!


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Cierra los ojos y siente la esencia

Cuando miras a otro ser humano y sientes un gran amor por él o cuando contemplas la belleza natural y algo dentro de ti responde profundamente a ella, cierra los ojos un momento y siente la esencia de ese amor o de esa belleza interna, inseparable de quien eres, de tu verdadera naturaleza.

La forma externa es un reflejo de quien eres, de tu verdadera naturaleza. La forma externa es un reflejo temporal de lo que, en esencia, eres por dentro. Por eso el amor y la belleza nunca pueden abandonarte, aunque todas las formas externas lo harán.

– Eckhart Tolle

✨🍀✨

Trabaja en ti mismo

La salida no está en trabajar en la relación con los demás, cambiar al otro, o esperar que ahora se porte mejor para perdonarlo y volver a ser tan felices como antes. La verdadera salida consiste en trabajar en uno mismo.

No olvides que la relación más grande que vives es la que estableces contigo mismo. Si estás en paz, todo está en paz, independientemente de lo que los otros seres hagan en ejercicio de su libre albedrío.

La lealtad y fidelidad que de verdad importan son las que te tienes a ti mismo. No te preocupes en pedírselas al otro.

No debes solicitar al otro que te tenga confianza, sino trabajar la confianza en ti. La lealtad más importante es hacia ti mismo.

Es mucho más fácil de lo que piensas, y definitivamente mucho más sencillo que intentar cambiar al otro.

Sal de los sentimientos de posesión. Desapégate de toda idea de posesión hacia personas, cosas o circunstancias.

Si deseas transitar a la cuarta y quinta dimensión, lo primero en lo que debes trabajar es en anular este principio de posesión.

Cuando te amas a ti mismo resulta fácil tomar decisiones basadas en tu propio beneficio.

Puedes decirle a la otra persona: “Haz de tu vida lo que quieras. Respeto tu libre albedrío. Por lo tanto, decide hacer lo que más deseas, pero no permitiré que me humilles”. Permite la expresión del libre albedrío del otro sin juzgar.

No pretendas cambiar al otro, cambia tu. No permitas que se te humille, se te someta, ni se te fuerce a vivir situación alguna que denigre tu amor propio y tu confianza en mí mismo”. Así te reconstruyes y sigues adelante.

Para llegar ahí debes trabajar en estos adversarios:
los miedos a no ser capaz de resolver los problemas, a ser herido, al abuso, al amor, a perder seguridad.

La salida de estos procesos tan desfavorables incluye, además de corregirte y respetarte a ti mismo, el no permitir jamás una relación con los demás basada en la humillación y el sometimiento.

Motívate …Aprende,  reflexiona y evoluciona!

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Mejora tu actitud



Hay días en que, al despertar, sientes que nada está bien. Es un sentimiento irracional que no puede quedarse anclado ni en tu mente ni en tu corazón.

Seguro hay problemas, todos los tenemos, pero hay muchas cosas que están bien y esas son las que debemos destacar.

Es el momento de pensar en Dios y en su poder sobre ti y todas las cosas, de tomar conciencia de tu respiración y de propiciar emociones de bienestar que te hagan generar actitudes de resolución y construcción. Tú eres lo que piensas, eres el reflejo de la actitid con la que te enfrentas a la vida, por eso es necesario que estés bien atento a la calidad de tu diálogo interior.

Evita que las dificultades que experimentas se apoderen de ti y te hagan olvidar de todas las capacidades y habilidades que tienes, de la ayuda de las personas que te aman y sobre todo no olvides la ayuda de Dios.

Te proponemos tres ideas para lograrlo:

1. Pronuncia con confianza alguna de esas frases de ánimo que te ayudan a creer que saldrás adelante. Cada uno tiene sus propias palabras que activan el optimismo en el corazón…»Yo soy poderoso», «Yo Soy capaz» Yo Soy uno con el Todo»

2. Reconoce dos fortalezas tuyas. Esas que muchos te han comentado y que tú sabes son reales. Da gracias por ellas y experimenta que son herramientas que te ayudarán a superar las dificultades que tienes.

3. Recuerda un momento de victoria y de triunfo y trata de conectarte con las emociones que en ese momento tuviste. Una sonrisa debe automáticamente llegar a tu rostro al tener esos bellos recuerdos. Es el momento de iniciar el día con la mejor actitud y desde las mejores emociones.

Ánimo, tú puedes! No te rindas. Busca motivos para continuar.


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Mira más allá del dolor

«Mira más allá del dolor y entrégate a un amor superior.»


Tal vez una relación o una amistad no funcionó y nos sentimos abandonados o rechazados. Cuando sientas dolor porque rechazaron tu amor, puedes pedirle a Dios que cure la herida, que bendiga a la persona a la que amas y que los ayude a ambos a convertirse más en el Yo verdadero (el Ser Real o Yo Superior). Por encima de todo, puedes pedirle a Dios que te muestre por qué te duele la situación.


Tal vez tenemos dolor porque esperábamos algo poco realista a cambio de nuestro amor o esperábamos que los demás llenaran los vacíos de la autoestima, un trabajo que sólo nosotros podemos hacer al nutrirnos y amarnos.


No importa lo que suceda, el amor siempre vale la pena porque cada momento de amor nos acerca al amor superior que el alma busca. Siempre que nos estiramos para tocar a alguien, en realidad estamos enviando la flecha del amor desde el corazón al propio corazón de Dios.


«Dios se disfraza para que tengamos muchas, pero muchas oportunidades de estirar los músculos del corazón y regresarle amor a través del amor que tenemos hacia las distintas manifestaciones del Espíritu.»


Así que cuando sientas una pérdida dolorosa y te digas:

“Di mucho del corazón, y todo ¿para qué?”, hazte otra pregunta: *¿A quién y qué amé en realidad?*


Si te das tiempo de profundizar lo suficiente la respuesta será: “TODO EL TIEMPO ESTUVE AMANDO AL ESPÍRITU QUE HABITA DENTRO DE ESA PERSONA”.


En realidad, amaste al alma y a la esencia espiritual que se expresa en y a través de esa persona. Esa clase de amor nunca es en balde. Es el amor de Dios. Realmente estás enviando la flecha del amor desde tu corazón hacia el corazón de Dios.


Elizabeth Clare Prophet, «Alquimia del Corazón».
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Haz las paces con tu interior

Hoy, al igual que cada día, tienes la oportunidad de hacer las paces con tu interior.


Callar las distracciones que te alejan de tu centro es algo que nos ocurre a todos.


Sentir cada proceso de nuestra vida, como un aprendizaje, hace honrar cada uno de los pasos dados. Hace que todo cobre un sentido, poniendo un final, a todas las cuentas pendientes que te abre la vida.


Cada una de las situaciones que te tocan vivir, solo son los reflejos de aquello que aun no has atendido de ti mismo, de tu interior.


Abrazando cada una de esas heridas, podremos avanzar con la calma que tanto ansiamos.


Hoy, te invito a que abras tu corazón, te abras a tu instinto, sanando cada una de tus partes para que así, halles tu paz interna.


¿Quieres que te ayude a dar el paso y cambiar tu vida?


Abre tu corazón, escucha tu instinto y deja que te acompañe sanando tus procesos.


Reconecta con tu esencia.