Un reencuentro con mi pasado

Muchas personas piensan que por estar en la ciudad de San Ignacio quizás no tienen nada especial, pero la realidad es otra.

Yo viví en Belice unos años y pude visitar la mayoría de sus ruinas. Para mi es una pasión real, natural perderme en una ciudad maya y no contar el tiempo que allí paso.

Volví a Cahal Pech luego de varios años en un reencuentro con mi pasado, para disfrutar en soledad de las ruinas y para activar un Oráculo Maya que recibí como un regalo de una anciana maya.

Para mi los mayas representan magia, inteligencia, tienen un misticismo único, una historia que me apasiona y es parte de mi.

Vine en esta oportunidad varias horas, me senté a meditar, a disfrutar de cada sitio cerrado, disfrute del viento, de los arboles, de cada centímetro del lugar. Lleve agua, comida, mi impermeable, botas y ropa ideal para cualquier eventualidad.

Mientras venía bajando hacia San Ignacio comenzó a llover, disfrute esa lluvia feliz, tenía ropa especial y no era impedimento para mi andar. Lo vi como un regalo de los dioses y de ese pedazo de selva mágica que me purificaba y preparaba para los tiempos por venir.